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  • Foto del escritorLN. Gabriela Llerena

Nutrientes importantes para la salud de los huesos

La salud ósea se ve afectada por factores tanto genéticos y ambientales. Entre los factores ambientales se encuentra la nutrición [1]. Los periodos de crecimiento rápido, se consideran etapas particularmente vulnerables para el desarrollo de lesiones en los huesos, y la nutrición inadecuada parece estar correlacionada con la afectación a la salud ósea durante la niñez [2], debido a que no se obtienen las demandas nutricionales suficientes para el nuevo tejido óseo [3]. Al parecer, incluso periodos cortos de enfermedad o disfunción hormonal producidos por un déficit nutricional pueden desencadenar en deficiencias de la masa ósea persistentes ocasionando vulnerabilidad a padecer fracturas [4]. Entre los factores nutricionales que afectan el desarrollo de masa ósea se encuentran la ingesta de energía, calcio, vitamina D, proteína, sodio y bebidas carbonatadas [1] [3].



El calcio y la vitamina D son importantes para una salud adecuada de los huesos

Los factores nutricionales se encargan de regular los procesos de obtención y mantenimiento de la masa ósea por diferentes mecanismos. En primer lugar, a través de los alimentos se obtienen los nutrientes necesarios para la generación de células y formación de la matriz de cartílagos y huesos. Un aporte energético adecuado es necesario para un crecimiento normal del hueso y la mineralización ósea, ya que permite una adecuada síntesis de proteínas de la matriz extracelular [3].


El aporte apropiado de nutrientes también es necesario para regular la producción de hormonas y otros factores que participan en la adquisición ósea, como el IGF-1 y las gonadotrofinas. Un aporte reducido de energía y/o de proteínas, ocasionan un déficit en la producción de IGF-1, generando una mineralización del hueso inadecuada [3]. La arginina participa en la producción selectiva de IGF-1 y la síntesis de colágeno en células similares a los osteoblastos, demostrando la importancia de la ingesta adecuada de aminoácidos a través de la dieta [7].


Además de un estado nutricional adecuado, la hormona del crecimiento (GH) es un regulador importante de la producción de IGF-1. Cuando existen situaciones de desnutrición por largos periodos de tiempo, tanto por un aporte inapropiado de energía como de proteína, la secreción de GH e IGF-1 se reducen. Sí la desnutrición es importante, la secreción de GH aumenta, pero no es biológicamente activa. Igualmente, el IGF-1 se reduce y produce un retraso importante en el crecimiento. Las dietas hipoproteicas además producen un hiperparatiroidismo secundario con un consecuente incremento de la resorción ósea [3].



Un aporte adecuado de proteína es importante para proteger a los huesos

A través de la alimentación, se obtiene minerales como calcio, fósforo y magnesio los cuales se depositan en la matriz ósea [3]. El 99% del calcio se encuentra en los huesos en forma de reserva. Asegurar un consumo apropiado de calcio en la adolescencia es muy importante, debido a que aproximadamente el 40% de la masa ósea se alcanza en esta época, particularmente en los varones a los 14 años [6]. La ingesta insuficiente de calcio para cubrir la demanda del hueso en crecimiento, puede limitar su desarrollo y predisponer a fracturas. La evidencia sugiere que el radio que no soporta el peso, es muy susceptible a la ingesta inadecuada de calcio [4]. En adolescentes de 9 a 19 años se sugiere una ingesta de 1300mg/día. Si la ingesta no se puede obtener a través de alimentos, se debe suplementar 1500mg/día en dosis de 500mg para mejorar la absorción [6]. El 85% del fósforo se encuentra unido al calcio en la matriz del hueso [3], y alrededor del 60% de magnesio se encuentra en los huesos [6].


Los alimentos también proveen vitaminas necesarias para una adecuada salud ósea, como las vitaminas D y K. La ingesta de vitamina D y calcio aumenta la densidad ósea en niños y reduce el riesgo de lesiones en el hueso [8]. La vitamina D es un grupo de vitaminas liposolubles, que son necesarias para la absorción y utilización de calcio. Si la vitamina D no está presente, se absorbe apenas entre el 10 al 15% de calcio [1]. La vitamina D también participa en la regulación del metabolismo del calcio y del fósforo, debido a que incrementa la absorción intestinal y renal de ambos minerales [9].


La vitamina K es necesaria para modificar proteínas y que sean apropiadas para transportar el calcio [8]. Esta vitamina participa como cofactor para la producción de osteocalcina, una proteína que está presente en la matriz ósea [3]. Otra vitamina importante para la salud ósea es la vitamina C, debido a que participa en la estabilización de las fibras de colágeno de la matriz ósea [3].


Además de asegurar una ingesta adecuada de nutrientes, existen otros factores que pueden afectar la densidad ósea. Una de ellos es el consumo de bebidas carbonatadas, debido a que estas pueden desplazar el consumo de bebidas ricas en calcio como los lácteos y algunas de ellas contienen cafeína, la cual se ha visto que promueve la eliminación de calcio en la orina [4]. Las dietas altas en sodio, promueven la eliminación urinaria de calcio. El sodio y el calcio tienen el mismo sistema de transporte en el túbulo proximal, por lo que reduce la reabsorción de calcio y promueve su eliminación [1] [3].



La vitamina K permite el transporte del calcio hacia los huesos


Trabajos citados

[1] N. H. Golden, S. A. Abrams y COMITEE ON NUTRITION, «Optimizing Bone Health in Child and Adolescents,» American Academy of Pediatrics, pp. e1229-e1243, 2014.

[2] M. H. Händel, B. L. Heitmann y B. Abrahamsen, «Nutrient and food intakes in early life and risk of childhood fractures: a systematic review and meta-analysis,» American Journal of Clinical Nutrition, pp. 1182-95, 2015.

[3] A. Carrascosa, «Masa ósea. Factores reguladores,» Revista española de Pediatría Clínica e Investigación, pp. 15-28, 2003.

[4] A. Goulding, «Risk Factors for Fractures in Normally Active Children and Adolescents,» Medicine and Sport Science Journal, pp. 102-120, 2007.

[5] M. Mountjoy, J. Sundgot-Borgen, L. Burke, S. Carter, N. Constantini, C. Lebrun, N. Meyer, R. Sherman, K. Steffen, R. Budgett y A. Ljungqvist, «The IOC consensus statement: beyond the Female Athlete Triad-Relative Energy Deficiency in Sport (RED-S),» Br J Sports Med, pp. 491-497, 2014.

[6] C. M. Kerksick y E. Fox, Sports Nutrition Needs for Child and Adolescent Athletes, Boca Raton: CRC Press, 2016.

[7] J.-P. Bonjour y T. Chevalley, «Pubertal Timing, Bone Acquisition, and Risk of Fracture Throughout Life,» Endocrine Reviews, pp. 820-847, 2014.

[8] M. Karpiński, J. Popko, K. Maresz, V. Badmaev y S. J. Stohs, «Roles of Vitamins D and K, Nutrition and Lifestyle in Low-Energy Bone Fractures in Children and Young Adults,» Journal of the American College of Nutrition, pp. 399-412, 2017.

[9] M. Alonso Franch, M. P. Redondo del Río y L. Suárez Cortina, «Nutrición infantil y salud ósea,» Anales de Pediatría, pp. 80.e1-80.e11, 2009.


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