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  • Foto del escritorLN. Gabriela Llerena

Alimentación y sistema inmune en los atletas



El sistema inmune esta encargado de reparar tejidos y de proteger al cuerpo de agentes infecciosos como virus y bacterias. El estrés puede ocasionar una depresión del sistema inmune, por ejemplo, cuando no hay una adecuada recuperación después de ejercicio intenso.


Se ha demostrado que el ejercicio extenuante de mas de 90 minutos, especialmente cuando es de tipo continuo, resulta en una depresión transitoria de las funciones de los glóbulos blancos. La causa posiblemente sea debido a la exposición a hormonas del estrés y a citoquinas. Además, hay un incremento en la producción de radicales libres durante el ejercicio intenso. Los niveles de glóbulos blancos no son muy diferentes a los de sujetos sedentarios después de 24 horas de la sesión de ejercicio, pero si no existe una adecuada recuperación puede haber depresión de estos niveles durante 1 o 2 semanas. Por otro lado, se ha visto que en sujetos sedentarios la practica de ejercicio moderado ayuda a estimular la función del sistema inmune.


Otros factores que pueden alterar la función inmune en el deportista son las deficiencias nutricionales (especialmente de proteínas y micronutrientes), un descanso inadecuado y el estrés psicológico. Las situaciones ambientales como la falta de higiene y estar en contacto con muchas personas (alguna pudo haber sufrido una infección recientemente) pueden también incrementar el riesgo de adquirir una infección.



Una dieta balanceada asegura una buena recuperación post-ejercicio


NUTRICIÓN PARA REDUCIR LA INMUNOSUPRESIÓN EN ATLETAS

A pesar de que se reportan anécdotas de la eficacia de ciertos suplementos para mejorar el sistema inmune, estos solamente serán efectivos si es que existe una deficiencia nutricional. De hecho, el consumo excesivo de ciertos nutrientes puede tener efectos perjudiciales sobre la función del sistema inmune o exacerban la inmunodepresión relacionada con cargas elevadas de entrenamiento. 


Las deficiencias nutricionales también afectan el sistema inmune.


Carbohidratos

La glucosa es un combustible importante para los glóbulos blancos. Las células del sistema inmune tienen un metabolismo extremadamente elevado por lo que necesitan la provisión de energía para mantener la inmune competencia. 


Los carbohidratos también son necesarios para regular los niveles de hormonas del estrés. El nivel de carbohidratos presentes como glucógeno en el hígado y los músculos previo a hacer ejercicio modula los niveles de hormonas del estrés. Cuando las personas realizan ejercicio prolongado durante muchos días en una dieta baja en carbohidratos, se puede observar elevación de adrenalina, cortisol y ciertas citoquinas. También, se observa una disminución en los niveles de glutamina en plasma, un aminoácido que sirve de alimento para los glóbulos blancos. 


El consumo de carbohidratos durante el entrenamiento prolongado, reduce niveles plasmáticos de hormonas del estrés y citoquinas. Además, cuando se consumen bebidas deportivas se estimula la producción de saliva, la cual contiene proteínas con propiedades antimicrobianas.


Grasas

Las grasas no son fuente de energía preferida por los linfocitos, sin embargo participan en la producción de eicosanoides (senalizadores celulares) y forman parte de las membranas celulares.


Proteínas y aminoácidos 

Una ingesta inadecuada de proteínas esta asociada con una disminución de la inmunidad, sobretodo en el sistema de células T, resultando en un mayor riesgo de adquirir infecciones. 


La desnutrición calórico-proteica se asocia con un menor número de linfocitos T maduros y diferenciados. Dependiendo del grado de desnutrición, se puede presentar menor función fagocitaria, menor producción de citoquinas y menor formación del complemento. 


El consumo excesivo de proteínas también puede resultar en una disminución de la función inmune. En atletas, cuando hay un consumo muy bajo de carbohidratos en una dieta muy alta en proteínas y grasas, hay una disminución de la glutamina plasmatica. Esta reducción puede explicarse por una mayor captación por parte de los riñones para el equilibrio ácido-base.


La ingesta de 20g de proteína durante el periodo de recuperación estimula la normalización del sistema inmune. Se ha visto que esta ingesta ayuda a reducir la incidencia de infecciones respiratorias.


La glutamina es el aminoácido que se encuentra abundantemente libre en el músculo y en el plasma, y es utilizado en gran medida por linfocitos y células que se replican rápidamente. También es necesario para mantener una función fagocitaria óptima. El síndrome de sobreentrenamiento se asocia con menores niveles plasmáticos de glutamina. Sin embargo, la evidencia de que la suplementacion sea beneficiosa es limitada, por lo que se sugiere asegurar una ingesta adecuada de proteína. La ingesta de BCAAs parece evitar la caída de niveles plasmaticos de glutamina, fenómeno que se explica porque los BCAAs son precursores de glutamina, sin embargo, se necesita mayor investigación.


Alcohol y cafeína 

Las dosis muy grandes de alcohol puede suprimir directamente muchas respuestas inmunes. El abuso del alcohol está asociado con un incremento en la incidencia de enfermedades infecciosas. 


La respuesta del consumo de alcohol sobre el sistema inmune tiene que ver con la cantidad, tipo de alcohol y frecuencia de consumo. El consumo excesivo produce la depresión del sistema inmune por unas horas. 


La cafeína es un antagonista de los receptores de adenosina. Las células del sistema inmune tienen receptores de adenosina. Además, la cafeína produce una elevación de adrenalina,por lo que puede causar inmunodepresión, aunque faltan estudios para probar esta aseveración.



El consumo excesivo y frecuente de alcohol deprime el sistema inmune


Vitaminas

En la literatura se sugiere que la única vitamina que puede ser deficiente es la vitamina D. En general los atletas ingieren cantidades mayores a las recomendadas de micro nutrientes. Sin embargo, la vitamina D requiere síntesis mediante la piel por exposición a rayos UV y no se sintetiza la cantidad adecuada en atletas que entrenan bajo techo y que no se exponen al sol durante el tiempo recomendado de acuerdo al tipo de piel.


Los atletas tienen requerimientos más elevados de vitaminas con propiedades antioxidantes (A, C y E) debido a la peroxidacion lípidica inducida por el ejercicio extenuante. Las especies reactivas de oxigeno (ROS por sus siglas en inglés) que producen esta peroxidacion pueden inhibir respuestas inmunes, por ejemplo, inhiben la actividad locomotora y bactericida de los neutrofilos, reducen la proliferación de linfocitos T y B e inhiben NKCA. El ejercicio de resistencia sostenido incrementa la actividad antioxidante del cuerpo, pero estas adaptaciones no son suficientes para atletas que entrenan prolongadamente. Sin embargo, no hay suficiente evidencia para sugerir suplementación con estas vitaminas, de hecho, pueden afectar las adaptaciones al ejercicio.


La vitamina C se encuentra en grandes concentraciones en los leucocitos y está implicada en muchas funciones anti-infecciosas como la proliferación de linfocitos T, prevención de la supresión de la actividad de neutrofilos mediada por corticoesteroides, producción de interferon, e inhibición de replicacion del virus. Además, inhibe la acción de ROS. 


La vitamina E dietaria estimula la producción de IL-IB y la producción de citoquinas. La deficiencia severa de vitamina E resulta en una disminución de la inmunidad y de la síntesis de anticuerpos.


La deficiencia de vitamina A resulta en atrofia del timo, disminución de la proliferación de linfocitos y adherencia incrementada de bacterias al tracto respiratorio. 


El betacaroteno (provitamina A) actúa como un inmunoestimulante y tiene acción antioxidante.  


La deficiencia de vitamina B12 y folato tienen efectos muy fuertes sobre el sistema inmune. Ambos son necesarios para la producción normal de glóbulos rojos y blancos en la médula ósea, ya que se necesitan para sintetizar ADN. La deficiencia de vitamina B12 puede ademas producir anemia perniciosa, que afecta las respuestas proliferativas de los linfocitos, así como sus funciones fagocíticas y bactericidas.


La vitamina D es fundamental para la función del sistema inmune. La vitamina D se sintetiza en la piel a partir de los rayos UVB. Esta vitamina es necesaria para la produccion de proteinas antimicrobianas como la catelicidina y defensinas, las cuales son producidas por los glóbulos blancos y secretadas en los pulmones, creando una barrera letal para los microorganismos. Además, la vitamina D es necesaria para la función epitelial y fortalece las uniones celulares. También, fortalece la efectividad de monocitos y macrófagos en producir ROS y la expresión de óxido nítrico sintasa en estas células fagociticas, estimula la producción de citoquinas y activa receptores para que la acción de diferentes tipos de células sean mas efectivas frente a microorganismos. 


Minerales

El zinc participa como cofactor de al rededor de 100 enzimas y es necesario para el funcionamiento normal del sistema inmune. El zinc es necesario para las células de rápido crecimiento, incluidos los linfocitos. Es necesario para las células T para su proliferación, diferenciación y funcionamiento. Su deficiencia provoca atrofia linfoide, hipersensibilidad cutánea, menor produccion de IL-2 y NKCA. También es cofactor de la enzima súper óxido dismutasa, que es importante para el sistema antioxidante. Los atletas que participan en deportes donde tienen una masa corporal baja. No se recomienda dosis excesivas de zinc ya que pueden causar depresión del sistema inmune. 


Los atletas de resistencia están en riesgo de padecer deficiencia de hierro debido a las perdidas incrementadas. Después del ejercicio, hay depresión de los niveles circulantes de hierro, lo que se explica por elevación de IL-1 lo que causa la secreción de lactoferrina, la cual es quelante de hierro. El sistema inmune es muy sensible a la disponibilidad de hierro.


La deficiencia de selenio puede afectar todos los componentes del sistema inmune. Es cofactor de glutatión peroxidasa y reductasa por lo que influye en la neutralización de ROS. El requerimiento puede ser mayor en atletas que participan activamente en actividades de alta intensidad.


La deficiencia de cobre ocasiona errores en la formación de anticuerpos, respuesta inflamatoria, fagocitosis de neutrofilos, NKCA y estimulación de linfocitos. La deficiencia puede ser rara, pero puede ocurrir si consumen suplementos de zinc.


El magnesio es un cofactor esencial de muchas enzimas que son parte de procesos de biosíntesis, por lo tanto es necesario para los linfocitos por su rápida proliferación y producción de anticuerpos. 


El manganeso es un cofactor importante de la enzima superóxido dismutasa.


El cobalto se necesita para la producción normal de leucocitos en la médula ósea. Es parte importante de la vitamina B12.


FUENTE

Jeukendrup, A. E., & Gleeson, M. (2019). Sport nutrition. Champaign, IL: Human Kinetics.


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